“Micocouliers Alley”, de Laure Naimski: los monólogos del cementerio

Por Claire Julliard
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En "Allée des Micocouliers", Laure Naimski explora de manera única la soledad contemporánea y la ansiedad del paso del tiempo. RAPHAËL GAILLARDE/HÉLIOPOLES
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Reseña En esta tercera novela de tono tragicómico, la escritora crea un pequeño teatro de sombras en el que las quejas de los vivos se hacen eco de las heridas de los difuntos. ★★★☆☆
Madeleine Jacquemain no se anda con rodeos cuando habla con su psiquiatra, el Dr. Mandelbaum. Tiene un humor negro y una lengua afilada. Porque le guarda rencor por haber muerto, dejándola con su infelicidad. Así que continúa sus consultas en su tumba. Lo que no entiende son los mensajes que le envía exigiéndole dinero. Una suma considerable. A menos que le hayan hackeado el teléfono. Madeleine no renuncia a sus monólogos en el cementerio, Allée des Micocouliers, donde están enterrados los miembros de su familia judía polaca, los Jakubowicz, su nombre original. Un puñado de supervivientes del campo.
Habitantes conocidos del lugar, Fabrice, el conserje, el enigmático Simon y Pierre, el marmolista antisemita, interrumpen los mordaces comentarios de esta mujer atormentada por la crisis de la mediana edad. Por no hablar de los difuntos, que se dirigen entre sí de una tumba a otra. En esta tercera novela, de tono tragicómico, Laure Naimski crea un pequeño teatro de sombras donde las quejas de los vivos se hacen eco de las heridas de los difuntos.
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